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viernes, 5 de diciembre de 2014

Quienes influyen en Tu Vida


Cuán importante es escoger bien con quienes vamos a hacer el viaje de nuestra vida! Muchas veces estamos rodeados de personas que influyen negativamente en las circunstancias que nos rodean, en los pensamientos, en las maneras de hablar y de hacer las cosas.






Las malas compañías corrompen los buenos hábitos.

Unos soldados que eran amigos fueron juntos a la guerra, y solo uno de ellos regresó: ­Mi amigo no volvió del campo de batalla, Teniente. Solicito permiso para ir a buscarlo­, dijo un soldado a su superior.
Permiso denegado, ­replicó el oficial­. No quiero que arriesgue su vida por un hombre que probablemente ha muerto. El soldado no hizo caso a la prohibición, salió, y una hora más tarde regresó mortalmente herido, transportando el cadáver de su amigo. El oficial estaba furioso:

¡Ya le dije yo que había muerto! Dígame, ¿merecía la pena ir allá para traer un cadáver? Y el soldado, moribundo, respondió:

¡Claro que sí, señor! Cuando lo encontré, todavía estaba vivo y pudo decirme: '¡Estaba seguro que vendrías!'.

¡Cuán importante es escoger bien con quienes vamos a hacer el viaje de nuestra vida! Muchas veces estamos rodeados de personas que influyen negativamente en las circunstancias que nos rodean, en los pensamientos, en las maneras de hablar y de hacer las cosas. Tenemos que escoger bien con quiénes vamos a transitar el camino de la vida. Usted es la única persona que puede decidir acerca de quién influenciará su vida. Si usted está rodeado de personas altaneras y orgullosas, al tiempo usted también será igual. Es importante escoger bien a nuestros amigos. Tenga cuidado con las influencias que está dejando entrar a su espíritu y a su corazón.

Job se llevó una sorpresa con los amigos que tenía. El consejo que recibió de ellos fue: «Abandona a Dios». Cuando tus amigos te aconsejen algo en contra de Dios, es tiempo de cambiar de amigos. Las malas compañías corrompen los buenos hábitos. Cuanto más tiempo pasemos con ellos, más nos pareceremos a ellos.

Para saber cómo escoger amistades debe responderse algunas preguntas:

1. ¿Cómo hablan mis amigos? «El ungüento y el perfume alegran el corazón, y el cordial consejo del amigo, al hombre» (Pr 27:9). Si las palabras que su amigo habla son de bien es porque hay cosas buenas en su corazón. Si su amigo habla mal es porque algo anda mal en su corazón. Jesús declaró esto al decir: «De la abundancia del corazón habla la boca» (Mt 12:34). Reúnase con amigos que tienen el bien en su boca.

2. ¿Traen mis amigos un buen informe? Cuando estoy con ellos, ¿me hablan cosas buenas o negativas? Una vez Dios usó a mi esposa para llamar mi atención sobre un asunto. Yo tenía un grupo de amigos que cada vez que estábamos juntos me decían: «Marcos, como te queremos tanto debemos decirte esto», y procedían a decirme algún chisme, informe negativo o ambas cosas. Entonces comenzaba a sentirme mal después y le contaba a mi esposa Miriam lo que me habían comentado «mis amigos». Un día, ella, con su vocecita tierna me dijo: «Marcos ¿no te has dado cuenta que siempre que te juntas con ellos te traen un informe negativo?». Entonces, caí en cuenta y dije: «Es verdad». Empecé a enterarme que necesitaba tomar distancia de esos amigos. Poco a poco se fueron alejando, y gracias a Dios ya no recibí más esos informes negativos.

3. ¿Manifiestan mis amigos la paz de Dios? Cuando sus amigos llegan a su casa ¿traen consigo tranquilidad y paz o vienen acompañados de una nube negra con rayos y centellas? Usted conoce esa gente que entra a su casa y al instante empieza a tronar y relampaguear. Si cuando usted abre la puerta para que ellos entren, junto con ellos entra una brisa fresca de paz a la sala de su casa, esa es la gente con la que usted debe reunirse. Esa es gente buena.

4. ¿Cómo puedo saber qué clase de amigos tener? La respuesta la hallará en Mateo 7:17-20. Jesucristo dijo: «Así, todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malos. No puede el buen árbol dar malos frutos, ni el árbol malo dar frutos buenos. Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y echado en el fuego. Así que, por sus frutos los conoceréis».

Reúnase todas las veces que le sea posible con gente de paz que tiene los frutos del Espíritu: amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, mansedumbre, templanza, es con quienes tiene que juntarse. Esa gente es buena influencia. Tal vez hay gente de la que necesita tomar distancia. Pídale al Señor que le dé la oportunidad de poder hacerlo.

El Proposito de Dios en tu Vida


Hay dos maneras de conocer la voluntad de Dios: La primera es leyendo la Biblia, aquí está buena parte de la voluntad de Dios para nuestra vida, lo que Dios quiere hacer, establecer, cómo quiere que viva y lo que desea que experimente. 

Pero no está todo, porque aquí no aparece cuál es la voluntad de Dios con su trabajo, no aparece la mujer con la que Dios quiere que se case, ni el nombre de la persona con quien va hacer un negocio.






Me interesa muchísimo que cada uno de nosotros podamos conocer cuál es la voluntad de Dios para nuestra vida. Alguien puede decir: “Eso es fácil, yo sé que Dios tiene una voluntad buena, agradable y perfecta para mí; que cumpla con su Palabra”. Y eso está muy bien, pero esa es la voluntad que está escrita en su Palabra.

Hay dos maneras de conocer la voluntad de Dios: La primera es leyendo la Biblia, aquí está buena parte de la voluntad de Dios para nuestra vida, lo que Dios quiere hacer, establecer, cómo quiere que viva y lo que desea que experimente. 

Pero no está todo, porque aquí no aparece cuál es la voluntad de Dios con su trabajo, no aparece la mujer con la que Dios quiere que se case, ni el nombre de la persona con quien va hacer un negocio. Sin embargo, Dios tiene una voluntad al respecto de eso. ¿Qué define la voluntad de Dios para mi vida? Número uno, lo que dice su Palabra. 

Y número dos, es lo que se conoce como el propósito de Dios para mi vida. Le menciono algunos nombres: Abraham, Moisés, Jesús, todos tenían propósito en su vida. ¿El propósito que Jesús debía cumplir sobre la tierra es el mismo para nosotros? No. El de Jesús era salvar a la humanidad. ¿Ese propósito de ir a la cruz, de dar su vida, de sacrificarse, de que lo crucificaran es el mismo propósito para mí? ¿Me tienen que tratar de la misma forma que a Jesús? No, ese era el propósito específico de Dios para su Hijo.

Hay un propósito que es únicamente para ti, no para mí, y sólo tú lo vas a cumplir, porque Dios te ha dotado de todo lo que necesitas para hacerlo; tu propia misión, tu propia responsabilidad. Hay un plan hecho por Dios para que lo cumplas.

Tú dirás: “Yo sé que en la Biblia dice cosas bonitas para mí, pero en el tiempo del Señor, las voy a conocer”. Te pregunto: “¿Cuál era el propósito de María? Dar a luz, concebir al hijo de Dios, cuidarlo, formarlo para que el Hijo de Dios cumpliera su propósito. Cada persona sobre la tierra tiene una razón de ser, de vivir. ¿Sabes qué es lo que quiero con este mensaje? Trasladarte que no seamos de las personas que viven la vida mientras pasa. Simplemente, vivir por vivir, aprender a subsistir, pero llegarás a viejo, se te pasó la vida y dices: “Ya pasó”. Viviste, aguantaste la enfermedad, a tu mujer, a tu suegra, etc. 

Vivimos una vida de aguante, pero ¿a qué vienes a la tierra? Yo siempre quise predicar la Palabra de Dios, servirlo, pero no fue que un día yo se lo dije y al otro día estaba de pastor. Pasaron en mi vida muchas circunstancias que algún día te voy a contar. A mí me costó muchísimo que me llenara la unción, hice cuanta cosa me dijeron y no pasó nada. Ayuné, me fui, me retiré a una casa en el mar a buscar a Dios y no lo recibí. 

Y hay otros que sólo se ponen y ya son llenos, pero no fue así conmigo. Yo necesitaba, a mí urgía encontrar un propósito en mi vida, para que cada vez que abriera mis ojos por la mañana, me diera cuenta si estoy cumpliendo el propósito de Dios para mí. El día que yo cierre los ojos, quiero que Dios me dé la oportunidad de reflexionar si cumplí o no el propósito para el cual vine a este mundo. Las cosas que he

pasado son porque Dios lo ha querido, ahora soy el resultado de lo que Dios ha hecho en mí. ¿Para qué vivo? Puedes decir: “Para tener a mis hijos, mi casa o dinero,” pero ese no es tu propósito.

A mí me interesa algo: Que conozcas la razón de tu vida, porque entonces vas a vivir feliz y sabrás que mientras respiras, harás cosas que te lleven a cumplir tu propósito en la vida. Si tu expectativa es ser profesional, hazlo, pero no es sólo eso. Tienes que pensar en tu profesión, pero ¿para qué? Para ser de beneficio a la humanidad, a alguien más. Una persona está lista para casarse cuando está lista para vivir para hacer feliz a otra persona. 

Todos tenemos que tener una razón de existir; no podemos levantarnos y ver qué pasará. Si no le dices a la vida lo que va a suceder, la vida te lo va a decir a ti. Pero necesitas saber cuál es la voluntad de Dios para tu vida. ¿Sabes quién no cumplió su propósito? Sansón, pues se perdió. No usó la oportunidad de vida que tenía y se la perdió, murió, pero no era la forma que Jesús había planeado la vida de ese hombre. 

Hubo una mujer que lo logró engañar y perdió su propósito. Cuando los seres humanos sabemos para qué estamos en esta tierra, no habrá nada ni nadie que nos aparte de eso. ¿Cuándo un joven pierde el propósito de graduarse de la universidad? Cuando conoce a una señorita que lo cautiva y distrae de eso.

Le voy a contar algo: Hubo dos seres humanos que habiéndole dicho Dios lo que debían hacer, empezaron equivocadamente, aunque al final lo lograron, obtuvieron un resultado muy bueno. Pero empezaron a usar ciertos métodos que retrasaron la promesa. Lo peor es retrasar la promesa por hacerlo humanamente. Uno de los principios es el siguiente: Está lo natural que nosotros hacemos, y lo sobrenatural que Dios hace. Hay una parte que Dios va hacer y una parte que tú vas hacer.

Génesis 2:15
Tomó, pues, Jehová Dios al hombre, y lo puso en el huerto de Edén, para que lo labrara y lo guardase.

Dios hizo un huerto para el hombre, lo estableció, le dio una posesión. Lo puso ahí para que lo labrara y lo guardara.
Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer; mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás.

Dios creó el huerto, y dijo: “Voy a poner al hombre en él, mi voluntad es que lo labre, que lo haga fructificar”. Y Adán tenía que conocer ese propósito, porque imagínese que un día amanezca y diga: “¿Para qué vine? ¿Qué estoy haciendo aquí? Estaría viviendo por vivir. 

Sin embargo, Dios le hizo saber cuál era el plan de Dios para él. En términos generales, Dios tiene el mismo plan para ti, para que fructifiques, pero estás en Guatemala, no en el Edén. Dios le hizo entender cuál es su voluntad y esperaba que actuara y caminara en base a eso. Dios le dio una voluntad al hombre. Yo le dije a Dios: “Si sabías que el hombre no debía de tomar de ese árbol del bien y del mal, ¿por qué lo pusiste en el huerto?”. Vamos a imaginar que este es el huerto y Dios me dice: “Te voy a mostrar este árbol, de este no podemos comer”. Yo pensé: “Entonces,

¿por qué me lo pones aquí? Mejor quítalo. Pero Dios lo puso porque no me hizo un robot, no me limitó, me dio la voluntad para escoger entre lo bueno y lo malo, y esa voluntad sigue actuando para todos los hombres de la tierra. El dijo: “De todo puedes tomar menos de esto”. Esto quiere decir que Dios me dio la libertad de hacer todo lo que quiera, pero no puedo hacerlo todo, porque Dios nos dio parámetros y dentro de ellos, estaba este árbol.

Ciertamente, tu vida tendrá un fin. Todos los seres humanos debemos entender algo: que todos nuestros actos tienen circunstancias que están relacionadas con todo lo que a diario vivimos. El día de hoy estás cosechando lo que sembraste en los últimos años. El final del día es lo que has venido sembrando durante el día. 

Es importante conocer la voluntad de Dios para cada uno de nosotros, porque mientras la conozca, voy a saber qué tengo, qué soy, a dónde llegar, qué obtener de la vida, cómo Dios ha planeado todo, los tiempos en que las cosas van a suceder, y cuando venga un tiempo de adversidad, no habrá nada que te pueda apartar del objetivo para lo cual Dios te preparó.

Nosotros fuimos diseñados para hacer lo que Dios dijo que debíamos hacer, fuimos hechos de tal manera que lo que vamos hacer es algo para lo cual Dios nos preparó y nos hizo de esa manera. Esos hombres conocían la voluntad de Dios, pero se salieron de ella. Este hombre y esa mujer hicieron que los planes de Dios cambiaran, en el momento que pecaron. Cada vez que pecamos, debemos estar conscientes que el rumbo de nuestra vida puede cambiar por el pecado que cometimos. 

Dios comenzó haciendo a un hombre y a una mujer, les hizo saber sus planes, pero desde que ellos pecaron, Él se dedicó a restaurar la vida de ese hombre y mujer, y de las generaciones siguientes. ¿A dónde estás llevando tu vida? ¿Has leído donde dice: “Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo”? Quiere decir que debo de pedir que la voluntad de Dios se establezca en la tierra como en el cielo. No lo hacemos todos los días, y no lo hacemos porque desconocemos la voluntad de Dios para nosotros. 

¿Dónde estamos? ¿Adónde vamos? ¿Qué va ser de tu familia? ¿Sabes la voluntad de Dios para tus hijos? ¿María sabía la voluntad de Dios para Jesús? ¿Los padres de Sansón sabían la voluntad de Dios para su vida? Sí la sabían. ¿Sabía Abraham sobre la voluntad de Dios para Isaac? Sí. Mi intención de esto es que salgas con la inquietud de saber qué quiere Dios de ti. 

Quiere que seas un buen padre, un buen hijo, un buen trabajador, pero hay más que eso, porque has pasado ciertas circunstancias en la vida que te han preparado para cumplir el propósito que Dios quiere para ti. No llegues al momento de terminar tu vida en la tierra sin haberlo cumplido.

La próxima vez que tenga la oportunidad, le voy hablar de Abraham y de Sarah. Todos tenemos un Abraham adentro, todos tenemos una Sarah, y Dios quiere tratar eso con nosotros, pero lleva un proceso. ¡Qué triste, qué lamentable sería que todos los que estamos aquí y hemos creído en Dios, sólo sepamos que vivimos por vivir, que fue suficiente tener una esposa, un hogar, unos hijos! Y la voluntad de Dios, ¿dónde queda? ¿Sabe por qué no buscamos la voluntad de Dios? Porque estamos muy tranquilos como vivimos y aguantando, jalando la carreta. 

No estamos para eso, estamos para hacer que aquí en la tierra se cumpla la voluntad del cielo. ¿Sabías que uno de los propósitos que tiene para tu vida es que en tus generaciones se marque un antes y un después? ¿Sabías que tú estás para romper herencias generacionales, que se rompa la maldición de pobreza, de escasez, de hechicería, de idolatría en tu generación? ¿Sabías que es esa persona que determina el futuro de ahí en adelante? Dios escogió a un Abraham para levantar una generación entera. 

Encontré que la razón por la que el hombre tiene tantos espermas dentro de sí es para hacerle entender que de él sale toda una generación. Dios podrá hacer un nuevo mañana que depende de las personas que ahora están dispuestas a transformar su vida. Tú eres el que hará mejores guatemaltecos, no otro. ¿Por qué Dios escogió a un hombre para que de ahí descendiera buena parte de la humanidad? Y si Dios te escoge a ti, Él escoge. Él tiene muchos llamados, pero algunos son escogidos.

Te pido un favor: habla con Dios esta noche y pídele que te rebele cuál es su voluntad

para tu vida. Para qué estás aquí en la tierra, qué misión tiene para ti. Si ya la tienes, no te preocupes, pero si no, pídeselo.

Padre, te doy gracias por tu Palabra, y seguiré hablando de tu Palabra. Quiero pedirte en esta noche que tus hijos puedan conocer cuál es tu voluntad para ellos. Por qué nacieron en Guatemala, por qué están en Casa de Dios, por qué los trajiste a vivir en esta época, por qué han vivido las cosas que han vivido, porque tú tienes un propósito y se los quieres mostrar, porque son las personas con quienes quieres cumplirlo. Te pido que cada uno pueda conocer tu voluntad.

Padre, esta noche hoy quiero recibir de ti cuál es tu voluntad para mi vida, cuál es tu propósito. Hoy rindo mi voluntad a tu propósito, yo haré como tú me digas. Háblame, dirígeme, enséñame porque estoy decidido a hacer tu voluntad aquí en la tierra. Amén.

Semejantes a Jesus


¿Como sería parecerse a Jesus?. Aquellos que se han apropiado de la gloria de Dios están siendo cambiados todos los días. ¡Su semblante se está volviendo más y más como el de Jesús!





MÁS Y MÁS COMO JESÚS
"Y al mirar los hijos de Israel el rostro de Moisés, veían que la piel de su rostro era resplandeciente; y volvía Moisés a poner el velo sobre su rostro, hasta que entraba a hablar con Dios" (Éxodo 34:35).

El rostro de una persona es la expresión externa de lo que está en su corazón. Cuando la revelación de la gloria de Dios se hizo real a Moisés, ¡su misma mirada cambió!

Pablo testificó: "Pero cuando agradó a Dios, que me apartó desde el vientre de mi madre, y me llamó por su gracia, revelar a su Hijo en mí, para que yo le predicase..." (Gálatas 1:15-16).

Pablo estaba diciendo: "Tengo dentro de mí mucho más que algo de doctrina que alguien planteó, más que un simple conocimiento intelectual de Cristo. Tengo una revelación de quién es Cristo, una revelación de Su gracia, misericordia y amor. Y esta revelación se ha convertido en la fuente misma de todo lo que soy y hago. ¡Es la esencia misma de mi vida!"

La revelación de la gloria de Dios es, en verdad, maravillosa. Sin embargo, muchos han convertido esa misma revelación en una licencia para pecar. Judas describe a las personas que "convierten en libertinaje la gracia de nuestro Dios, y niegan a Dios el único soberano, y a nuestro Señor Jesucristo" (Judas 4).

Según Pablo, estas personas pecan "para que la gracia abunde" (Romanos 6:1). Ellos están diciendo, en esencia: "Si Dios ama el expresarse a través de la misericordia y el perdón, entonces yo voy a darle todas las oportunidades. Voy a pecar y dejar que me siga amando, para que la gracia fluya. ¡Qué testimonio al mundo será eso! Seré el objetivo de todo ese amor que desciende del cielo".

Tales personas son fáciles de detectar. Su semblante los delata. Isaías habló de israelitas que "han sido contra Jehová para irritar los ojos de su majestad. La apariencia de sus rostros testifica contra ellos" (Isaías 3:8-9). El profeta estaba diciendo: "Sus pecados testifican contra ustedes en su propia apariencia. Lo que está en sus corazones va a revelarse en sus rostros".

Por otro lado, incluso el más duro de los pecadores puede decir que has "estado con Jesús" ¿Cómo se dan cuenta? ¡Ellos te ven como alguien distinto! Dicen: "Tú eres diferente. Te conduces con una humilde seguridad y nada de ti parece oculto. No tienes secretos y no pareces llevar ningún rencor o amargura. Si no fuera así, lo sabría. ¡Tu vida es un libro abierto!"

El pecado, sin embargo, lleva cierta apariencia. Ninguna sonrisa lo puede encubrir y su voz tiene el sonido del vacío, el eco de un metal que resuena, de un címbalo que retiñe.

Aquellos que se han apropiado de la gloria de Dios están siendo cambiados todos los días. ¡Su semblante se está volviendo más y más como el de Jesús!

7 Señales de Agotamiento Espiritual en el Ministerio Juvenil


Lo que estos líderes necesitan es una renovación. Un refresco y un regénesis. Pero muchas veces no se han dado cuenta que tienen este agotamiento, e incluso, muchas veces lo niegan. Por esa razón: Aquí les va una lista de 7 señales de que un o una líder necesita un reset espiritual.





Continuamente me encuentro con líderes de jóvenes que quieren ideas para su ministerio pero más y más seguido también me encuentro con líderes que están muy cansados, nerviosos, frustrados y agotados.

Lo que estos líderes necesitan es una renovación. Un refresco y un regénesis. Pero muchas veces no se han dado cuenta que tienen este agotamiento, e incluso, muchas veces lo niegan. Por esa razón: Aquí les va una lista de 7 señales de que un o una líder necesita un reset espiritual.

7. Lees la Biblia solo cuando te toca predicar
Hace unos años me di cuenta que solo la estaba leyendo para preparar mi proximo sermón y me sentí profundamente avergonzado. Leer la Biblia me renueva, me desafía, me saca filo y me corrige.

6. Falta inversión en tu crecimiento
Osea: no estás haciendo nada para especializarte, aprender más, renovarte, conocer otros líderes y desarrollar tus capacidades, tus dones y talentos.

5. Solo oras para pedir (o quedar bien en publico)
Llevo años enseñando que la oración es un dialogo y no un monólogo y probablemente alguno me he escuchado bromear con las costumbres evangelicas y modismos a la hora de orar… Y es que si. Siempre que descuidemos la oración estaremos alejados de la fuente de agua viva.

4. Perdiste un sentido de asombro
Mantienes una actitud de que ya sabes todo, ya hiciste todo y ya nadie te sorprende.

3. Es más importante lo que haces que a quién sirves
Uno de los valores de EJ dice que las personas son más importantes que los programas y, justamente un líder agotado espiritualmente, invierte el orden.

2. Escuchas en tercera persona
Los líderes agotados espiritualemente escuchan con los oídos de otras personas pensando en lo que esos principios significan en la vida de otros pero no en la propia. Y se puede agregar a esto que algunos escuchan para compartir pero no para ingerir…Es decir, escuchan sermones y conferencias no para crecer sino para brillar más cuando les toque hablar.

1. Tienes reacciones desproporcionadas
Se cayó internet, te quedaste sin credito del celular o llegó tarde la pizza y es como que se murió tu mascota de toda la vida o que alguien le pegó a tu mamá. Esto es una clara indicación de cansancio.

¿Qué te recomiendo? Creo que leer lo anterior e identificar tu propio cansancio ya es una gran ayuda y en cada una de esas denuncias reside también la solución: comienza a hacer lo que NO estás haciendo y Deja de hacer lo que SI estás haciendo y no debieras.

Haz un STOP para encontrarte con otros líderes de jóvenes que tenemos tus mismos desafíos y pasamos por los mismos ciclos ministeriales.

Tomado con permiso del Blog del Dr. Lucas Leys

Cazadores de Sueños


Sé lo que va a suceder –me dijo Dante - Dios va a darnos un ministerio multitudinario con la juventud, acabo de ver un estadio completamente repleto de jóvenes y yo estaba allí. Nos abrazamos arrodillados en la cama, mientras que le agradecíamos al Señor por su fidelidad.





Una fría noche de Junio, casi no sentía mis piernas del frío y del cansancio, así que alrededor de la medianoche, le dije a mi esposo que me iría a dormir. -Que descanses –me contesto con la cabeza entre las rodillas- yo me quedaré un poco mas y en unos minutos también me iré a dormir.



Esos minutos fueron claves para lo que sucedería en unos instantes y en nuestro futuro. A los pocos minutos una gran visión envolvió a Dante de manera que literalmente lo dejo temblando.


De pronto, todo el departamento pareció iluminarse y apareció ante sus ojos un estadio completamente repleto de jóvenes con estandartes y banderas que tenían escritas leyendas que hablaban de santidad.

-Era como si Dios me estaba ofreciendo una función privada en pantalla gigante de lo tenía preparado para nosotros, magistralmente editado a ocho cámaras, pude ver a miles de jóvenes desde todos los ángulos del estadio. –relataría Dante algunos años después en “El código del Campeón” (Vida-Zondervan).

Mi esposo apareció a los pocos minutos al lado de mi cama, pálido como un papel y emocionado como un niño que acaba de abrir su juguete de navidad.

-Sé lo que va a suceder –me dijo- Dios va a darnos un ministerio multitudinario con la juventud, acabo de ver un estadio completamente repleto de jóvenes y yo estaba allí. Nos abrazamos arrodillados en la cama, mientras que le agradecíamos al Señor por su fidelidad.

Al día siguiente, regresamos a trabajar sabiendo que Dios ya había escrito nuestro futuro. Ya no importaba esperar, o que nadie confiara en nuestros sueños, el Señor nos había mostrado que El estaba dispuesto a romper nuestras propias estructuras mentales, teníamos muy en claro que el Señor había decidido prestarnos los oídos de la juventud y debíamos prepararnos para ello.

No son los contactos correctos ni una recomendación lo que lograrán que tu ministerio estalle. Es la oración íntima, intensa y privada la que finalmente logra trastocar la historia.

Siempre nos preguntamos que hubiese sucedido de no haber orado cada noche; es muy sencillo decir: “Si Dios tiene un ministerio para mi vida, finalmente me lo dará”, pero muy pocos quieren pagar el precio de ir por él.

En distintas partes del mundo me he topado con personas que me dicen que sueñan con grandes visiones. “Ahora solo estoy esperando que ocurra”, me dicen como un gran hallazgo.

Pero muy pocos comprenden que Dios necesita cazadores de sueños, personas que estén dispuestas a invertir sus horas de descanso, su tiempo frente al televisor, sus eternos días navegando por internet, para poder silenciar su corazón y oír con detenimiento cuales son los planes Divinos.

jueves, 4 de diciembre de 2014

Las Migajas de la Cosecha


Quiero que trates de identificarte con la historia. Al igual que Noemí estás esperando el cumplimiento de una promesa en tu desarrollo silencioso, en tu carpintería personal. Sabes que en cualquier momento Dios puede elevarte a la plenitud de tu ministerio, pero te estás poniendo nervioso.





Cuando tenía dieciséis años, el pastor me dio mi primera oportunidad para predicar en una reunión pública. Recuerdo que estaba muy nervioso porque no sabía de qué hablar. Entonces recordé una historia que alguna vez había oído siendo niño y me había sorprendido. Fue la primera historia bíblica que aprendí y fue el tema de mi primer sermón: Noemí y las migajas de la cosecha.


En su primer capítulo el libro de Rut nos relata el incidente. La familia de Noemí parecía tenerlo todo para ser feliz, sin embargo una hambruna inesperada los sorprende en su propia tierra. La Biblia dice que la familia tomó una decisión radical: se mudaron a las tierras de Moab para sobrevivir al hambre.

Las escrituras no nos arrojan demasiada luz en cuanto a los detalles de lo que ocurrió a partir de la mudanza, pero lo cierto es que inesperadamente, en tierras ajenas, Noemí pierde a su esposo y a sus dos hijos, «quedando así la mujer desamparada de sus dos hijos y de su marido» (Rut 1.5).

En apenas cinco versículos la Biblia nos expone una tragedia; una buena familia que se desintegra injustamente. Pero aún hay algo más sorprendente. La mujer se entera de que Dios había visitado la tierra de la cual había emigrado junto a su familia, «porque oyó en el campo de Moab que Jehová había visitado a su pueblo para darles pan» (Rut 1.6).

Quiero que trates de identificarte con la historia. Al igual que Noemí estás esperando el cumplimiento de una promesa en tu desarrollo silencioso, en tu carpintería personal.

Sabes que en cualquier momento Dios puede elevarte a la plenitud de tu ministerio, pero te estás poniendo nervioso. «No debería tardarse tanto», dices un tanto ansioso. Sabes que tienes que permanecer siendo fiel en las cosas pequeñas y aparentemente intranscendentales, pero el «hambre ministerial» se está haciendo sentir. Desearías hacer algo más que estar en silencio, pero solo tienes una visión que tienes que cuidar.

Ya no abundan las palabras proféticas, ni las proposiciones ministeriales, ni las sensaciones místicas, solo estás soportando esa aparente «hambruna espiritual». Hasta que te hartas de la carpintería y decides moverte; te mudas. Alguien te susurra que hay un lugar donde «se come bien»; un sitio donde puedes recibir tu certificado sin rendir el examen. La oferta parece tentadora.

Puedes sortear la materia de la espera. Una iglesia donde sí valoren tus dones; otra organización donde no tengas que ir a un seminario para ser pastor; una congregación donde agradezcan tus esfuerzos; un lugar donde puedas desarrollarte como líder. Parece una buena decisión, pero los resultados son patéticos.

Noemí lo pierde todo por haberse movido de su lugar. Ahora no tiene esposo, ni hijos, solo dos nueras de las cuales una sola le será fiel.

La Ley de Dios estipulaba que al recoger la cosecha las familias no debían segar a fondo, a fin de dejar un poco para las viudas y los huérfanos. Así que Noemí regresa a su lugar de origen para recoger las migajas de la cosecha.

Pudo haberlo tenido todo, pero no estuvo allí cuando Jehová visitó la tierra y les dio el pan. Hay un momento, un segundo en los tiempos divinos, donde el Señor te visitará con los planos completos de tu vida y tu ministerio. No te hablo del bautismo en el Espíritu Santo, sino de un toque de la presencia de Dios; y lo único que se te pide es que estés en el lugar correcto, a la hora indicada.

miércoles, 28 de octubre de 2009

De Vuelta!!!!!!!!

Hola Hermanos Dios les Bendiga Grandemente, es para nosotros un placer recibirles nuevamente en nuestro sitio esperando puedan tenernos un poco de paciencia ya que estamos trabajando para brindarle un blog donde usted pueda encontrar la mejor informacion sobre eventos, actividades, logros y diversos trabajos que hacemos para engrandecer el reino de Dios en esta Tierra.

Jesus Nacio, La Navidad Llego por (Lester López)

Lider 360

El Caracter del Cristiano

Una Vida con Proposito

Nuestras Reuniones

Congreso de Jovenes

Congreso de Jovenes
Es este sábado 29.11.2014 Distrito # 3 nos visitaran jóvenes de otras iglesias !! Te Esperamos !!

Red 33:3 por (Lester López)

Older School

Cena Navideña Red de Jovenes MB 2010

10 Condimentos a Considerar en un Matrimonio por (Lester López)

Las Marcas de un Lider por (Lester López)

Drama Navideño Red de Jóvenes 2010